Distinguido Maestro inducido a mi Altar de Muertos

 

 

 

Distinguido Maestro inducido a mi Altar de Muertos

Anoche recibí la triste noticia del fallecimiento de uno de mis profesores más queridos de la primaria.  Se trata de el profe José "Pistolas" Meneses, quien fue una estrella nacional del basketball en México y después se dedicó a promover el deporte y la educación física por medio de la enseñanza. 

Todavía puedo verlo con el silbato cerca de los labios, enseñándonos a marchar alrededor del patio escolar y dando la orden de tomar "flanco derecho", "flanco izquierdo", "posición de firmes" o en "descanso".

El profe Meneses fue siempre una persona positiva y optimista.  Nos enseñó con paciencia las reglas de los deportes, y sirvió de árbitro en múltiples torneos y competencias.  Dividía su tiempo entre la escuela de niñas, el Instituto América y la escuela de niños, el Instituto Regional.  Muchos fuimos sus pupilos de natación, atletismo, basketball y volleyball.

A mí el deporte no se me daba nada fácil, creo que llegué demasiado tarde a la repartición de coordinación y fuerza, pero sin embargo, el profe siempre me trató con mucho cariño.  Recuerdo que en 5o. año, cuando hacíamos equipos para jugar volleyball,  con frecuencia me nombraba capitana, para evitar que yo fuera la última niña que escogían.  Y qué decir del basketball. Yo le tenía tanto miedo al balón y a los empujones de las contrincantes que el profe me permitía sentarme junto a él y anotar la puntuación en lugar de jugar. 

Al graduarme de la preparatoria dejé mi ciudad natal y no lo volví a ver. Me enteré que le hicieron varios reconocimientos y nombraron un parque deportivo en su honor. Mi ciudad siempre recordará al Pistolas Meneses.  Yo guardo muchos recuerdos lindos de una persona que dio todo por el deporte y la educación. Bienvenido a mi altar de muertos.

¡Gracias Pistol!

 

 

 

¿Necesito un Agente?

¿Necesito un Agente?

El pasado sábado, 20 de abril, 2013 la sociedad de escritores a la que pertenezco organizó una conferencia con una agente literario, Leticia Gómez de Savvy Literary Services,  http://www.savvyliterary.com/.  Con gran sentido del humor y honestidad, Leticia nos proporcionó información valiosa que puede ayudarnos en la tarea de seleccionar un agente literario.

Basada en sus experiencias, señaló la importancia de una relación sana y abierta entre el agente y el autor, y el deseo que ella tiene de ayudar a los escritores latinos.  Un agente, puede ayudarnos a crecer en nuestra carrera literaria y asesorarnos en lo que es y no es un contrato justo.  Un agente literario trabaja con el escritor paso a paso para ayudarle a reconocer los puntos débiles y fuertes de su manuscrito y para desarrollar una plataforma de promoción. 

Leticia nos explicó los términos literarios para definir contratos y nos llevó paso a paso por el proceso de publicar un libro.  Indicó que si escribimos ficción en español, y deseamos un contrato por medio de una editorial tradicional, nuestros manuscritos sean de entre sesenta mil a ochenta mil palabras, pues un conteo superior aumenta el costo de producción.

Leticia invita a todos los autores a que visiten su página para investigar la posibilidad de entablar una relación con ella como agente literario. 

En resumen, fue una sesión muy útil e informativa, tuvimos la oportunidad de compartir momentos agradables con los compañeros escritores y esperamos tener el gusto de de volver a ver a Leticia en un futuro próximo.

...."Esta bien si quieres escribir basura, siempre y cuando seas un editor brillante" - C.J. Cherryl.

SIN TON NI SON

 

 

SIN TON NI SON

    Al reanudar la actividad de mantener un Blog, me pregunto si existe alguna regla de etiqueta acerca de los temas que se pueden abordar.  Me imagino que como no tengo una audiencia definida, puedo hablar absolutamente de todo lo que se me antoje. 

   

    Tengo este Blog para comunicarme con el éter y porque dicen que si eres una escritora, necesitas tenerlo.  Decidí hace varios años que el escribir es mi pasión, y es mía única.  En realidad mientras luchas por salir adelante en esta carrera, a muy pocas personas les interesa lo que escribes.  Tus amistades leerán una o dos cosas con gusto, tres o cuatro por compromiso y el resto, de plano van a ignorarte. Tengo una amiga a quien adoro que siempre me presenta con sus conocidos como si yo fuera una gran escritora, pero jamás ha leído nada escrito por mí. De hecho, le he dado algo a leer un par de veces y con toda sinceridad me dice que no tiene tiempo.  No se lo tomo a mal.

 

    Yo comprendo, podemos ser amigas del alma sin necesidad de forzar nuestros intereses.  Es cómo si mi amiga Lola, que juega ajedrez quisiera que cada vez que nos juntáramos, yo jugara también.  En gustos se rompen géneros y podemos ser amigas y respetarnos sin tener que imponer nuestra voluntad. Por eso el Blog me gusta, porque es un medio para satisfacer esta necesidad de escribir y publicar sin necesidad de forzar a nadie a que lo lea.  Aquí lo hago con la certeza de que si alguien llega por aquí, no fue por compromiso sino por voluntad propia.  Se quedan plasmadas mis ideas, porque como dicen, el Internet nunca olvida.  Y todo lo que se diga aquí, se queda aquí.  Y no como en Las Vegas, en secreto, sino disponible para que se distribuya a los cuatro vientos.

   Tuve un amigo que solía venir por aquí, por allí están sus notitas como constancia de sus visitas.  Nos hemos distanciado y ya no nos vemos ni nos hablamos tan seguido.  Lo mismo pasó con mis tres compañeras del grupo de crítica constructiva.  La vida nos va llevando por diferentes caminos, la familia, el trabajo, la situación económica, la edad, los achaques, lo que sea, pero la vida nos cambia.  Por eso regreso al Blog, porque como un amigo incondicional siempre está aquí, y deja su huella. 

    Igualmente me preparo esta semana para decirle Adiós a otra porción de mi vida de escritora que está por terminar.  Más adelante les contaré de qué se trata.  Por lo pronto, dejo mis divagaciones sin ton ni son, para otro día.

    Por cierto, la foto que aparece en esta entrada, no tiene absolutamente nada que ver con el tema, pero la tomamos en 2010 en Cannes, el azul del Mediterráneo es extraornidario, ¿Verdad?

Después del Punto Final

 

Después del Punto Final.

Desafortunadamente, mi novela de romance, a la cual le puse punto final la semana pasada, no tiene el formato deseado para poder lanzarla a volar por el mundo virtual del internet.  Afortundadamente, existen recursos invaluables en la misma red, que nos guían y ayudan para que podamos hacer nuestro sueño realidad.

Gracias a mi amigo y compañero escritor, Ruben Soto, quien me recomendó descargar la guía de estilo del sitio, http://www.smashwords.com donde de forma breve, elocuente, divertida y totalmente gratuita, Mark Coker nos educa paso por paso acerca de la mejor manera de estructurar nuestro archivo para cargarlo a la red y permitir su difusión.

Me tomó aproximadamente seis horas para re-formatear el manuscrito, y confieso que lo más tedioso fue la inclusión de los hyperlinks.  Un hyperlink es un enlace dentro del texto con la habilidad de llevarnos directamente a la fuente mencionada.  Yo aprendí a trabajar con hyperlinks en 1994, cuando mi colega, James B, emprendió la tarea de compilar todos los documentos de diseño de la compañía donde yo trabajaba en una biblioteca virtual. James B. murió en un accidente cuando todavía no cumplía veinticinco años, creo que por esa razón, cada vez que alguien menciona la palabra hyperlink, me hace pensar en James B.  Joven, guapo, energético, con un magnífico sentido del humor.  ¡Salud, colega! Te dedico todos los hyperlinks de mi novela virtual.

 

 

Punto Final - Un proyecto que termina.

Punto Final.

Siete años para escribir mi novelita de romance.  Cincuenta y dos mil palabras y siete revisiones. Como un buen vino, se ha añejado en las bodegas de mi disco duro.  Ayer puse el punto final y estoy lista para darle alas y dejarla volar por el mundo virtual de la red.  No es la obra maestra de Shakespeare, ni Alejandro Dumas, pero es mía. Y eso la hace sumamente especial.

Quiero dejar pasmada aquí la satisfacción que siento. Pero ese punto final está temblando.  Cree que voy a venir y lo voy a cambiar.  Porque cada vez que releemos nuestra obra, se nos ocurre un nuevo nudo, una nueva acción, una nueva escena que le inyecte energía. Y no es posible continuar así.  Jamás podré dedicarme por completo al siguiente proyecto, si no doy por terminado el anterior.

 "Y vivieron felices para siempre".  Ya está, punto final.

De paso quiero comentar algo muy cómico.  Releyendo la obra de teatro, Pigmalión de George Bernard Shaw, encuentro que su epílogo es simpatiquísimo.  Elisa no se casa ni con Higgins, ni con el coronel, sino con Freddy, quien resulta ser un bueno para nada.  Abren la florería con la que Elisa tanto soñó y esta quiebra en poco tiempo ya que a sus dueños les hace falta bastante astucia y pericia para los negocios. Así pues ese famoso "Y vivieron felices para siempre", no sirve en la vida real.  Si tomo en cuenta que me ha tomado siete años escribir mi novela de Romance y decidirme a ponerle el punto final, vemos que mis personajes principales ya tienen 36 y 39 años y bien podría suceder que Laura se deprimió después de tener al primer bebé, que la compañía tuvo problemas económicos por un fraude que hicieron los altos ejecutivos y ambos personajes se quedaron sin trabajo, o que rompieron después de tres años de novios porque realmente no eran compatibles. Así pues mi punto final, y mi idea de "Y vivieron felices para siempre", es más un acto de voluntad propia que una obra totalmente terminada.