Romance de la Niña Negra
De Luis Cané
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
al cuello le daban vueltas.
Las otras niñas del barrio
jugaban en la vereda;
las otras niñas del barrio
nunca jugaban con ella.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y un par de alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazamorra
brillan en la niña negra.
Dios llama a todos los ángeles
y dice: "Jugad, jugad con ella".
almidonada y compuesta,
en la puerta de su casa
estaba la niña negra.
Un erguido moño blanco
decoraba su cabeza;
collares de cuentas rojas
al cuello le daban vueltas.
Las otras niñas del barrio
jugaban en la vereda;
las otras niñas del barrio
nunca jugaban con ella.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un silencio sin lágrimas,
lloraba la niña negra.
Toda vestida de blanco,
almidonada y compuesta,
en un féretro de pino
reposa la niña negra.
A la presencia de Dios
un ángel blanco la lleva;
la niña negra no sabe
si ha de estar triste o contenta.
Dios la mira dulcemente,
le acaricia la cabeza
y un par de alas blancas
a sus espaldas sujeta.
Los dientes de mazamorra
brillan en la niña negra.
Dios llama a todos los ángeles
y dice: "Jugad, jugad con ella".
En algún momento todos nos
sentimos un poco como la niña de este poema.
El ángel que estuvo en la tierra para jugar conmigo, tuvo que
marcharse. Me hará mucha falta.
Septiembre 6, 2015