Tlacotalpan, Veracruz 2015
Hay lugares que aún antes de conocerlos se meten en
nuestro corazón y tenemos grandes deseos de visitar. Puede ser porque leímos
algo de ellos, vimos una película de ese lugar, o alguien nos contó de su
visita, de lo bonito que es y lo bien que la pasaron. Por muchos años, anhelé conocer Tlacotalpan,
Veracruz. El personaje principal de Santitos, la aclamada novela de María Amparo
Escandón era de ese pueblo, Agustín Lara hacía referencia a su tierra natal y
en un libro de pueblos mágicos y patrimonios de la humanidad, vi un montaje de
fotos de un lugar a la vera de un río donde las casas se pintan de colores
vivos; al pie de página había una breve descripción
aduciendo que la gente local es alegre y hospitalaria y la comida de la región,
deliciosa. Mejor conocida como la “Perla del Papaloapan”, Tlacotalpan es
también la sede de una gran tradición veracruzana: La fiesta de la Candelaria y
el festival musical más popular de la zona.
Por varios días consecutivos el pueblo viste sus
mejores galas para recibir músicos, artesanos y visitantes de la república
mexicana y el exterior. Durante la
fiesta del 2015 se esperaban más de 90,000 asistentes; una figura
estratosférica considerando que el pueblo cuenta con menos de 9,000
habitantes. El limitado número de
hoteles y pensiones no es adecuado para albergar tanto turista y las plazas,
callejones y banquetas se convierten en campamentos temporales improvisados
quedando cubiertos por una gran diversidad de tiendas de campaña, mochilas, y
ropa limpia o sucia ondeando al aire. Cartones con anuncios hechos en marcador
negro “se alquilan regaderas y baños” adornan los ventanales por toda la
ciudad. Sin embargo, esas pequeñas
incomodidades se justifican por la belleza y alegría que esta fiesta
proporciona a sus asistentes. En una
mezcla de eventos religiosos, musicales y culturales, la famosa celebración gira
alrededor de la virgen de la Candelaria quien sale en procesión por las aguas
del río Papaloapan el día dos de febrero.
Le anteceden conciertos, misas, bendiciones, cabalgatas y la tradicional
y polémica corrida de los toros por las calles del pueblo. En un ambiente familiar donde tanto niños
como ancianos pueden disfrutar de interminables horas de entretenimiento, el
ayuntamiento coordina una estupenda fiesta regional en todo el sentido de la
palabra.
Tuve la fortuna de asistir este año y gozar de la
compañía y la guía del hermano de mi cuñado, quien es un gran músico y asiduo
asistente a este festival. Conoce la ciudad como la palma de su mano y mantiene
lazos de amistad con los líderes de importantes grupos musicales. Con él a la
cabeza del grupo, pudimos conocer y disfrutar rincones poco visitados de
Tlacotalpan. Sin duda un lugar muy lindo
al que vale la pena regresar. Nos vemos en 2016.