El Libro que no escribí…
Estas obras maestras de la literatura han inspirado a muchos
aspirantes novelistas. Mi novela, la que
no escribí, se fue forjando en mi imaginación basada en hechos de la vida real
que ocurrían a mi alrededor.
Dramatizados, matizados con sufrimiento y maldad, descritos de manera grata
y entretenida con nudos de suspenso y una chispa de gracia, podrían resultar en
una novela bastante amena.
El problema es que pasa el tiempo y no termino de
escribir el borrador. ¿Qué impulsó a Donna Tartt a encerrarse y escribir sin
parar hasta terminar su libro? ¿Steinbeck, Amy Tan, Fitzgerald y hasta Yolanda
Vargas Duclhé? ¿Cuál es la línea que separa a los que terminan sus novelas de
los que no lo hacemos?
Desde que quiero escribir me es bastante difícil leer por el simple placer
de la lectura. Me he convertido en una
lectora compulsiva que analiza la novela
de diferentes ángulos, sopesa la importancia de los personajes y a veces
critica los giros que el autor va dando al argumento. Por ejemplo, la segunda parte del libro de
Tartt me parece un anacronismo. Sin embargo, durante la discusión del libro,
nadie más notó aquello que a mi me causó tanta molestia.
El libro que no escribí, sigue vivo en mi mente,
incompleto en mis carpetas y latente en mi disco duro…. el libro que no
escribí, aquel que narra la historia de un bastardo podría recordarles de manera
distante al pequeño Pip de Grandes Esperanzas. Mi personaje principal crece en
un rancho Mexicano durante los años sesentas y tiene la obsesión de ser
arquitecto.
Así pues hay un nuevo asunto que completar en mi ‘bucket
list’. Hay que terminar el libro que no
escribí.
1 comment :
Simplemente escribe por el placer de escribir y de compartir tus sentimientos con el mundo que te rodea sin preocupación alguna por el síndrome del “qué dirán”.
No analices tanto tus acciones que precluyan tu progreso como escritora.
Sufres del mismo problema mío: Queremos hacer las cosas tan bien y hacemos tanta investigación para ver todos los ángulos, que terminamos hiper-analizando todo, y con eso gastamos demasiado tiempo en el asunto en vez de realizar la obra deseada.
No creo que necesites de más borradores.
Manos a la obra porque de lo contrario, aquel personaje principal de tu libro que no has escrito, terminará por graduarse de arquitecto y con eso construir así el edificio de sus sueños y obsesiones.
Como bien sabemos, la trágica infancia del pequeño Pip se convirtió en todo un éxito.
Tú también debes construir tu edificio.
André
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