Cuando viajo con mi esposo, él maneja. Mi función es navegar las carreteras. Algo que uno se imagina es super fácil con la tecnología del GPS. Sin embargo, a veces se nos complica y tomamos la salida equívoca como nos paso el mes pasado, en ruta a Tequila.
De repente nos encontramos en un Macrolibramiento alrededor de Guadalajara. La próxima salida estaba a 35 kilómetros. Tendríamos que manejar casi una hora para poder corregir el error. Afortunadamente, había un par de bloques de cemento removidos del centro y pudimos dar una vuelta en U, de esas de asaltante, patinando y rechinando las llantas.
En lugar de una hora, nos costó 10 minutos y una pequeña riña conyugal. Pero todo es parte de la vida. Pongan atención. El macrolibramiento es fabuloso, siempre y cuando sea parte de la ruta deseada.
¡Feliz viaje!
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