Tanatologia –la ciencia y el
arte de morir con dignidad
La vejez y la
muerte no perdonan y arremeten contra los seres vivos sin piedad. La
experiencia nos ha enseñado desde el principio de los tiempos que jamás
podremos ganarle a ninguno de estos poderosos enemigos, pero aun así, los
humanos nos aferramos a la vida y hemos invertido grandes fortunas y recursos
infinitos para encontrar la fuente de la eterna juventud.Mi suegra, de 85 años, avanza en el último trecho de esta travesía sin retorno. Su casa ha ido llenándose de aparatos de asistencia que irónicamente se comparan con toda la parafernalia que los padres jóvenes necesitan cuando tienen un bebé. Andador, carriola, pañales, nica, monitor, cuna (o cama de hospital). Los artículos de bebé vienen pintados en colores vivos, alegres y brillantes. Los artículos para ancianos son de colores lúgubres: gris y negro.
Aunque tristes, estamos agradecidos con este servicio que nos guía para poder tratar sin mayor dificultad con los aspectos físicos, mentales, legales y espirituales que conlleva la muerte. No soy macabra, soy realista y percibo que la visita de la muerte se nos viene encima. Es duro ver a un ser querido apagarse día tras día, pero por otra parte, es la ley de la vida. Lo más difícil para mí ha sido ver que esta persona quien hace dos meses todavía tenía ganas de vivir, ha perdido toda esperanza y literalmente se ha sentado a esperar que la muerte la recoja. Es como estar en la sala de espera con un boleto de ‘stand-by’ y un avión demorado que en realidad no tiene hora de llegada.
La tanatología intenta
convertir esa sala de espera desierta e inhóspita en un sitio donde los
participantes, tanto el viajero como sus seres queridos, puedan invertir sus
energías y sus fuerzas y aprovechar de mejor manera ese periodo de tiempo limitado
e indefinido. Es un proceso educativo y como todo lo nuevo, nos toma tiempo
aprender.
2 comments :
Como seres humanos todos nacemos con fecha de caducidad, ya que después de haber nacido, lo siguiente es morir. El enigma está en que ignoramos cuando tomará lugar nuestro deceso natural, claro, siempre y cuando éste sea natural.
A veces estamos tan enfrascados en nuestra penuria y frustración por intentar ayudar o salvar a alguien de algo, que completamente olvidamos que la muerte es otra etapa en la continuación de la vida. Las antiguas filosofías y religiones de los aztecas y los mayas ya sabían eso y lo practicaban a plenitud.
Yo también soy testigo presencial de aquel desgaste paulatino y lento que a manera de cuentagotas socava la cimentación de la vida de un ser querido. Impotentes ante tal evento, no nos queda más remedio que resignarnos a confortar de la mejor manera a la persona afectada y con ello sentirnos algo agradecidos de que mientras fue posible, hicimos lo imposible.
Para concluir, cito a nuestro amigo Leonardo da Vinci: “Así como una jornada bien empleada produce un dulce sueño, así una vida bien usada causa una dulce muerte.”
Un abrazo,
André
Gracias por tu apoyo y tu Amistad! Y por tus visitas a mi blog. ;)
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