Tuesday, January 5, 2016

Buenos deseos para 2016


Me quedé con las ganas de escribir una última entrada para el 2015, el título iba a ser: Una boda y cuatro funerales, en honor a la película inglesa de Cuatro bodas y un funeral.
En el 2015 le dijimos adiós a mi suegra, a dos tías muy queridas y una gran amiga – las cuatro sucumbieron al cáncer, tres de ellas en el pulmón.  En cuanto a la boda, bueno, era más bien por usar el título porque ni siquiera fuimos ya que estábamos de viaje.  Se cierra el capítulo del 2015 con alegría, tristeza y nostalgia dándole gracias a Dios por haberlo vivido. Y ya con eso nos damos por buen servidos.
Aunque sea cliché, no podemos iniciar el año nuevo, magnifico 2016, sin hacer nuevos propósitos. Me niego a hacer los mismos de siempre: mejor alimentación, más ejercicio, frecuentar amistades, no porque no quiera lograrlo sino porque esas cosas deben de ser parte de nuestra vida cotidiana.
En nuestros países hay una gran serie de tradiciones que la gente acostumbra para despedir al año viejo y empezar el nuevo:
Comer una uva con cada una de las doce campanadas a medianoche para atraer la buena suerte.
Salir y entrar de la casa cierto número de veces con una maleta para viajar ese año.
Barrer la casa para iniciar el año limpio de mugres y estorbos.
Poner los propósitos entre el calcetín y el zapato.
Pasar monedas durante las doce campanadas para que tengamos en abundancia.
Cada país tiene sus costumbres y tradiciones. Algunas son puras supersticiones pero uno se divierte.
Y con el propósito de escribir más, ¡les deseo un muy feliz 2016!
 
 
 

 
 

 

1 comment :

Anonymous said...

En nuestro constante e incesante ciclo en pos de novedad y cambio, solemos gratificarnos con promesas a veces demasiado drásticas para poder llevarlas a cabo exitosamente. La emoción de la novedad —parecida a la del niño que juega con su nuevo juguete— pronto se desvanece en las tinieblas de la apatía y del aburrimiento y con ello regresamos a nuestras costumbres ya bien establecidas.

En mi situación personal, mi única promesa anual es aquella de seguir haciendo lo mismo que hice el año anterior, porque el año anterior —salvo por uno que otro inconveniente— fue muy bueno y exitoso para mi y pude lograr metas que ni siquiera sabía que tenía propuestas: cada año es una sorpresa total y curioso espero lo que me espera en este año venidero.

Afortunadamente gozo de magnífica salud y me encuentro rodeado de excelentes amistades, uno que otro familiar restante, buen trabajo, con una vida tranquila y apacible. Lo tengo todo.

Para mi ya comenzó el feliz 2016 y sinceramente espero que así sea para todos.

Pepe G.