Wednesday, July 16, 2014

Chiapas - Dia 6 Segunda Parte - Frontera Corozal


Día 6  Segunda Parte– Frontera Corozal (Marzo 12, 2014)

 
El GPS no tenía la menor idea de cómo llegar a Frontera Corozal y quería que nos regresáramos por el mismo camino que habíamos tomado para llegar aquí (¡Iban a ser 3 horas de camino!).  Como ya habíamos platicado con los militares del retén de seguridad, su recomendación fue que siguiéramos el camino más allá de las Guacamayas hacia Pico de Oro.  La población es grande, pero no tuvimos suerte para encontrar ninguna vulcanizadora, la verdad, parecía pueblo fantasma.  Seguimos por un camino casi, casi de terracería del cual el GPS no estaba enterado, pero en menos de una hora llegamos a la población de Benemérito de las Américas, frontera con Guatemala.

Uno de los señores del hotel dijo que la segunda PEMEX a mano derecha aceptaba tarjetas de crédito, y como ya teníamos muy poco dinero en efectivo, decidimos que era lo mejor.  Antes de llegar a la segunda gasolinera, vimos una vulcanizadora muy elegante, como los talleres de Estados Unidos.  Unos jóvenes muy amables nos atendieron. Después nos platicaron que el dueño había montado el taller con el dinero que ahorró trabajando en USA. 

El muchachito a cargo de las llantas nos dijo que nos podía arreglar el ‘rin’ con un mazo, pero mi esposo insistió en que prefería un torno.  El ‘talachero’, que tenía como 19 años, se ofreció a llevarnos con el tornero.  El primero no estaba.  El segundo vivía todavía más lejos por unos callejones que estaban en un cerro, sin pavimentar.  El taller, un tejabán enseguida de la casa, tenía gallinas y puercos en el patio.  El talachero entró a la casa y encontró al tornero comiendo. “Sí los atiendo, pero regresen en ½ hora”.  Regresamos al taller a quitar el rin de la llanta, y luego otra vez con el tornero, quien ya había terminado de comer. La ironía es que después de tanto ir y venir, el tornero nos arregló el rin, ni más ni menos que con el mazo.  JA JA!  Quedó como nuevo y nos cobró $50.00 pesos mexicanos. 

Saliendo de allí preguntamos dónde podíamos comprar un pollo rostizado nos recomendaron un merendero casi a la salida del pueblo.  Eran casi las 3:30 cuando llegamos y ya no había casi ni pollo ni clientes, pero sí les quedaba uno para nosotros.  La verdad nos supo a gloria.  Ya no me acuerdo cuanto pagamos, pero fue una bicoca…Dimos algunas vueltas por la plaza para ver si podíamos conseguir alguien que nos cambiara dólares, pero no había nada. Hay un lugar ELEKTRA, a dónde llegan remesas, pero no compran dólares.  Seguimos nuestro camino a frontera corozal.  Para esto, no teníamos suficientes pesos para pagar el hotel y la lancha que va a Yachilan.  Yo tenía mucha ilusión de ir a Yachilán pero si no teníamos suficiente dinero, pues habíamos decidido seguir nuestro camino hasta Palenque. 

Cuando llegamos a la taquilla, (para esto, el personal de la oficina habla entre ellos su dialecto, no español) la Srita. me dijo que me podían aceptar dólares pero a $10 por uno (El cambio era casi a $13!) Afortunadamente, encontramos a un grupo de tres personas que estuvieron de acuerdo en compartir la lancha con nosotros. Así pues nos ahorramos como 30% del viaje tan solo tuve que convertir una pequeña porción a dólares. El otro grupo eran tres personas, una señora como de mi edad que vive en Londres y habla cuatro idiomas, viajando con su tío de 84 años y su madrastra, quienes viven en Ámsterdam. Fueron muy amables y platicamos mucho. Ella habla muy buen español, nos contó que en 1994, cuando Marcos y su ejército tomaron la ciudad de San Cristóbal, ella estaba allí, junto con su hija que entonces apenas tendría cinco años.  Dice que en un plan muy pacífico, el subcomandante Marcos les pidió a los turistas que abandonaran la ciudad, y que quedaba muy claro que el líder era una persona muy preparada.

Después de comprar los boletos, nos registramos en el hotel. Es un lugar limpio pero bastante modesto. La habitación de nosotros era de tres camas y tenía una pequea terraza con hamaca y mesita.  En la parte de atrás hay un grupo de edificios con habitaciones muy sencillas, como los cuartos de servicio de México, pequeñas, con camas gemelas bajas, de colchón pandeado por el uso y sobrecamas de terlenka. El hotel se considera también como lugar de ecoturismo. 

Hacía mucho calor y tenían alberca, así que ya en la nochecita, nos fuimos a dar un refrescón.  Pedimos que prendieran las luces, pero no todas funcionaban, así que nos fuimos a nadar en la penumbra.  La alberca se veía limpia, pero resultó que estaba llena de sapos. Bueno no llena, pero en las orillas, contamos como ocho sapitos.  En la cercanía se alcanzaba a escuchar una música de banda, yo no distinguía la letra de las canciones, pero mi hija me dijo que era música cristiana.  Resulta que en el edificio de enseguida hay una iglesia Cristiana y estaban celebrando su aniversario. 

 

 

 

 

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